HISTORIA DE TARANCÓN

Fuente: Archivo municipal

El nombre de Tarancon ha tenido muchas interpretaciones, D. Trifón Muñoz Soliva, que era presbítero, estima que tiene raíces hebreas y le da un significado similar a “Torre del sacerdote”. José Torres Mena ve la derivación del nombre de la palabra “Trancón” el palo que se cruzaba en las puertas del Arco de la Malena para evitar el paso de los enemigos. Heliodoro Cordente dice que deriva de Tarancio o cambronal, planta abundante es esta estepa Castellana y que ya en el Cantar del Mío Cid , se hablaba del campo de Taranz, aludiéndose al entorno de este lugar. En la relación topográfica de Felipe II del año 1575 se indica que “Tarancon siempre se llamo así y no sabemos que haya tenido otro nombre”. El nombre de Tarancón aparece por primera vez avanzado el siglo XII, escrito en el fuero de Belinchón.

El origen de Tarancón se encuentra en los pobladores celtibéricos que se asentaron en el Castillejo y en las inmediaciones de la vaguada del Caño, aprovechando sus aguas. La huella de los romanos perdura en el puente romano del Rio Riánsares, por donde pasaba la vía que unía el Mediterraneo con el centro peninsular desde Cartagonova (Actual Cartagena) hasta la ciudad de Complutum (Alcalá de Henares) pero también se encontraron restos en la necrópolis situada en el Haza del Cura (inmediaciones Jerónimo Bujeda) y antiguas villas romanas y despoblados del Vado de Santo Domingo, donde existe un mosaico y Vado Empedrao. Ya en época de persecución romana a los cristianos es cuando según la tradición taranconera se produce la advocación a los Santos San Víctor y Santa Corona, que fueron martirizados. En la etapa visigoda, Recaredo agradecido por la curación de sus dolencias a un ermitaño de Riánsares , le entregó una talla de la virgen y envío monjas a custodiarla. Cuando se hicieron los cimientos para construir el Palacio de Riánsares en el siglo XIX, se sacaron sus momias. La imagen entregada se convertirá en la patrona del pueblo por la devoción popular.

Tras la conquista musulmana, el bandolero Rondo Hafsum, perseguido por Abderraman, se refugio en esta aldea, entonces dependiente de la Kura de Santaverilla (Santaver/Cañaveruelas). Tarancón permanece vinculado al Reino de Toledo y pasará a manos cristianas unido a otros territorios de la “Tierra de Huete” como dote del casamiento de la Princesa Zaida con Alfonso VI de Castilla.

En 1108, tras la desastrosa Batalla de Ucles o de Sicuendes en la que las tropas cristianas encabezadas por el Infante Sancho, hijo adolescente de Alfonso VI y siete condes que le acompañaban , son derrotadas por los Almorávides comandados por Alí Ben Yusuf, la zona vuelve a dominio árabe. En esta época se deja sentir el afán guerrero de Alvar Fañéz , sobrino del Cid que extiende sus conquistas a esta zona al sur del Tajo.

Tarancón, que fuera “mojón contra los sarracenos” tal como se cita en el fuero de Belinchón otorgado por el Arzobispo de Toledo D. Cerebruno (1171), tras la reconquista cristiana definitiva de estas las tierras, será un poblado perteneciente a la fortaleza de Alharilla (Fuentidueña de Tajo), para pasar seguidamente el dominio al Castillo de Uclés ,adquirido por Alfonso VII antes de su muerte y otorgado por Alfonso VIII en el año 1174 a la Orden de Santiago, que fundará monasterio en Uclés y ejercerá su poder sobre Tarancón y el resto de villas de su alfoz.

La villa se encuentra inmersa en los vaivenes de las luchas señoriales entre los Laras y los Castro y en 1355, muere cerca de Tarancón, en un encuentro armado con D. Gonzalo Mejia (Comendador Mayor de Castilla), el maestre de la Orden de Santiago D. Juan de Padilla, hermano de Doña María de Padilla, amante del rey Pedro I el Cruel.

Iniciando el siglo XV el pueblo, perteneciente al común de Uclés, cuenta con doscientos vecinos y en él se instalan algunas familias de hidalgos : Cárdenas, Cano, Velasco. El 25 de mayo de 1403 es creado su Ayuntamiento por el maestre D. Lorenzo Suarez de Figueroa, en capítulo general de la Orden de Santiago, celebrado en Santa Eulalia de Mérida, donde se le conceden dos alcaldes, un alguacil y un escribano público.

En época de los Reyes Católicos, la reina Isabel se hospedó en Tarancón , cuando vino hasta Uclés para resolver el enfrentamiento existente por el nombramiento de maestre de la orden , cargo que otorgó en su esposo D. Fernando, que era sustituido por un maestre elegido en representación del Rey.

En el siglo XVI, Tarancón con 700 vecinos, se convertirá en villa autónoma e independiente de la tutela de Uclés por mediación de Carlos V y a cambio de unos servicios monetarios que sus habitantes pagaron para financiar las campañas europeas y contra el Turco. El Emperador visitaría esta villa en dos ocasiones una probable en 1528 que figura en Placa existente en la Casa Parada, en la que se indica que “honro con su presencia esta casa” cuando volvía de las Cortes de Monzón a Uclés con destino a Valencia y luego otra más documentada en 1542 en ruta desde Barcelona a Madrid en la que se indica que Su Majestad comió en Saelices y cenó y pernoctó en Tarancón el día 22 de Diciembre.

En 1575, por mandato de Felipe II se hace “Relación de la villa” que entonces tenía 700 vecinos Entre los personajes que nacieron es esta Edad Moderna podemos citar a Melchor Cano, teólogo autor de los “Lugares teológicos” que fue el espíritu más brillante del Concilio de Trento; Las Hermanas Luisa y Ángela Sigea, con sus conocimientos de lenguas, poesía y música fueron un ejemplo del humanismo renacentista que brilló sobremanera en la Corte portuguesa donde se vieron obligadas a exiliarse por la Guerra de las Comunidades. Otros personajes ilustres: Francisco Cano de Córdido, que fue Juez Supremo del Consejo de Castilla; El doctor Pernia; El teólogo maestro Mexía; el doctor salinas; Fray Melchor de Huélamo, autor de los “Discursos Predicables” (1594) donde describe la fiesta dedicada a San Víctor y Santa Corona, el 14 de mayo, en que se corren toros.

En 1775, D. Antonio Ponz, viajero incansable pasa por esta villa y describe los molinos de viento, las calles, el agua y otros aspectos del vecindario

El presbítero D. Ignacio Pascual Barra en 1786, respondiendo al interrogatorio del geógrafo D. Tomás López, describe el escudo de Tarancón : “Tiene la villa por armas sobre la cruz roja de la Orden de Santiago, un castillo con puerta y atravesada una tranca y en la parte superior un víctor y unas palmas con corona, todo alusivo a los mártires patronos. A la Orla (bordura) en letra dice “TARANCON” y en la parte superior una corona real

Los acontecimientos de la guerra de la Independencia traerán inestabilidad, destrucciones y saqueos en este pueblo, situado en un lugar estratégico de acceso a la capital, donde está la corte bonapartista. La entrada de los franceses en Tarancón se produce el 7 de junio de 1808 con la llegada de más de 10.000 hombres, en los días siguientes entrarían dos destacamentos más de 6.000 a 8000 hombres. Los maricales Moncey y Calicourt dejaban destacamentos en los pueblos en su paso para Cuenca y Valencia. En la Nochebuena de 1809, se inicia el “Combate de Tarancón”, precedente inmediato de la Batalla de Uclés (victoria Francesa que figura en el arco del Triunfo de París). En dicho combate las tropas españolas capitaneadas por Francisco Javier Venegas , en número de 4000 infantes y 800 caballos , derrotaron en la salida del pueblo con dirección a Santa Cruz de la Zarza a un destacamento de Dragones Franceses, apostado en Tarancón. Pero la derrota de Uclés (13 de Enero de 1809) dejará toda la comarca en manos francesas, que tendrían su cuartel general en el Convento de Capuchinos de Tarancón, hasta su retirada definitiva en el otoño de 1812. En febrero de 1811 se enfrentó a los franceses en Tarancón, Saturnino Abuín , guerrillero de la partida del empecinado , apodado el “manco de Tordesillas”. En septiembre de 1811 llegará a la ciudad el destacamento del marical D´Armagnac.

Apenas iniciada la guerra, el 4 de mayo de 1808, nacerá en Tarancón D. Agustín Fernando Muñoz, hijo de D. Juan Antonio y doña Eusebia, estanquera de sal. Este militar, capitán de guardias de corps, casó con la Reina Regente Dª María Cristina de Borbón , tras enviudar de su esposo Fernando VII. La narración de este episodio romántico de la historia de España la cuenta el Marqués de Villarrutia. D. Fernando tendrá gran descendencia con María Cristina y recibirá el titulo de Duque de Riánsares por la reinas Isabel II y la categoría de Grande de España. En Tarancón, D. Fernando adquiere las propiedades en torno a la ermita de Riánsares en la subasta desamortizadora de bienes nacionales y allí arregla la ermita de Nª Sª la Virgen de Riánsares y construye un palacio y panteón familiar. En 1844, el Ayuntamiento lo nombra compatrono de dicha imagen y por este motivo paga las deudas del Ayuntamiento y el Duque, destinará anualmente una partida de 3000 reales, a lo largo del buena parte del siglo XIX, para pagar los gastos festivos patronales de Tarancon. También construirá un palacio urbano en 1845, diseñado por el Arquitecto Narciso Pascual y Colomer sobre el lugar donde se situaba la casa de sus padres. Este edificio desde el año 2003 es el Ayuntamiento de Tarancón.

En septiembre de 1837, las tropas carlistas de D. Carlos que se enfrentan a las liberales de María Cristina entran en Tarancon en la denominada “Expedición real. ” Son los carlistas los que jocosamente cantan : “Dicen que la reina no paria y ha parido más muñoces que liberales había” Criticando así a la reina y a su esposo D. Fernando Muñoz.

En febrero de 1847 vendrá a Tarancon la Reina Madre, Dª María Cristina de Borbón en visita oficial, siendo recibida por la corporación con arreglo de la calle de la comitiva, instalación de arcos vegetales, música , un manojo de dulces e iluminándose el Ayuntamiento de manera especial.

Entre los personajes ilustres de este siglo podemos citar a D. Marcos Aniano González, presbítero que casó a la reina con D. Fernando; D. Juan González Caborreluz, que fue creador del periódico afrancesado “El universal” en 1820 y fue bibliotecario de la reina Isabel II; J. Cezar que fue Diputado , Marques de Remisa o el Conde de Retamoso.

En 1845, D. Pascual Madoz reseña que Tarancón tiene 1100 casas, algunas de buena construcción como las de D. Andrés Salcedo, la de los Paradas o el Palacio construido por el Duque. También citaba 80 cuevas. Había dos escuelas de primera educación (apoyadas por la fundación Güell o de Inés de la Carrera) Madoz citaban tres : de los hilos, Hontanilla y Corpa y sorprendentemente no cita el Caño, que es la más abundante y conocida de todas y refiere varios pozos, citándose el de Ojicos por ser público y tener una excelente agua y una bomba a vapor costeada por el Duque de Riánsares que aportará una mayor comodidad al vecindario.

En la segunda mitad del siglo XIX Tarancón pugna con Uclés por la capitalidad del partido Judicial y llegado el siglo XX en Junio de 1921, por mediación del Diputado Sr. Cervantes, se concede a Tarancón el título de “Noble Ciudad” recogido en la bordura de su escudo .

La ciudad irá aumentando servicios e industrias paulatinamente y subiendo en el número de habitantes pero existen hechos triste en el recuerdo de todos los taranconeros como es el suceso del Motín de la Patata de 25 de Abril de 1919, motín de subsistencias en el que murieron el cabo y dos números de la Guardia Municipal y 7 vecinos, la mayoría de ellos mujeres.

Otro hecho tristes fueron los fusilamientos políticos de ambos bandos , ocurridos durante la Guerra Civil (1936-39) y en la posguerra y los bombardeos de la población civil sucedidos en Tarancón y comarca.

El 26 de Julio de 1949 un nuevo hecho luctuoso, la explosión de un polvorín militar a las 2 y 8 minutos de la madrugada , cuando Tarancón celebraba la festividad de Santa Ana , trajo la muerte de más de una treintena de vecinos, centenares de heridos y más de 1100 casas destruidas, que llevo a la intervención de Regiones devastadas. Una canción se hizo tristemente famosa: “Los vecinos de Tarancón, están destinados a sufrir, primero fueron las bombas y ahora con el polvorín”